jueves, 23 de mayo de 2013

Vida de Sabueso - Parte 4

You wanna fight...fight em!

Jennifer entró como por un tubo al vehículo. Sus anfitriones, en una mezcla de éxtasis, dureza y ebriedad, la recibieron con los brazos y braguetas abiertos.

Sergio aprovechó la oportunidad y se abalanzó, primero sobre Óscar que estaba al volante y no pudo atinar a darse vuelta, ni supo que lo golpeó. Yo a ustedes se los cuento: fue un cascote, de esos que tienen baldosa arriba y pedazos de concreto por abajo, entrerrecortado. Spray de sangre y pedido de lavado para una luneta delantera.

En la parte de atrás nadie supo lo que se les vino. Porque Jennifer los mantenía ocupados y porque la cabina estaba dividida en dos, impidiendo la visual de la cabina. "Oie Óscar, por qué no nos movemos" dijo Rivera, impaciente porque quería además que la blonda lo atendiera como estaba haciendo con Jairo. Ella había aclarado de antemano que con los dos juntos no, pero de a uno no había problema.

La puerta corrediza se abrió violentamente, recibiendo a un invitado fuera de la lista, que le cayó encima a Rivera, sin darle chance alguna de disfrutar. Utilizando con destreza el amansaloco, se lo clavó en un ojo, retorciendo un poquito para que duela más.

Jairo, trató de incorporarse y manotear una de las ametralladoras pero fue en vano.  Jennifer terminó despatarrada encima de la frazada anteriormente conocida como envoltorio de Li, que se corrió levemente, descubriendo al chino malherido.

"Vestite" le dijo a Jennifer arrojándole algo de ropa que seguro era de ella. Otro hubiera aprovechado para terminar la fiesta. Pero no Sergio, era un caballero tímido y bastante pelotudo. Acto seguido le pidió a Jennifer que llamara al 911 desde su celular, cosa que hizo con asterisco numeral.
Después tomó a Li de los hombros y, con una mirada, le pidió explicaciones que el chino no pudo dar más que un "Glacia".

La policía llegó al lugar dos horas más tarde. Se encontró con una traffic robada con tres tipos vapuleados, una bolsa con droga que no se reportó y un par de armas de grueso calibre. No lo vincularon con el crimen del Super Chino porque se hablaba de ninjas orientales de una escuela secreta que operaba en la zona del barrio ídem.

A varias cuadras de allí, Sergio llevaba a un dolorido Li a casa...En otra parte de la ciudad, Jennifer hablaba con sus amigas del justiciero...se había enamorado.(continuará)

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