lunes, 30 de septiembre de 2013

Vida de Perros - Parte 2





Ya en la plaza, El Flaco los liberó un poco. Los soltó y cada can pudo despejarse y salir para el lado que se le cantara el collar.

Mientras sus paseados paseaban, el Flaco se parlaba a unas minitas runners en calza engomada. Hablaba de música, de su pelo largo y cómo lo mantenía tan brilloso. Su look rockero les encantaba, tanto que hasta quizás iban las dos juntas con él. Es por eso que el les hacía bromas a ambas por igual. O quizás por el hecho de que alguna agarrara viaje y otra no.

Kuky salió disparado hacia el bebedero. Tenía una asignatura pendiente con esa máquina. Iba a lograr que le diera de lleno en el hocico si o si. Empezó ladrándole con furia, después tratando de mordisquear el pico…nada.

Lana miraba compasiva al Coronel, cansado de un bostezo eterno, sin ganas de moverse. Le hacía acordar a su padre, por sus formas y por la manera cansina de desplazarse. “Guau arf wof” (No te quedes ahí sentado, vamos a correr) le dijo, buscando ver si le contagiaba un poco de juventud. “Guau guau” (No gracias, prefiero quedarme tranquilo bajo la sombra de este árbol).

Entonces pasó Olaf, corriendo como una tromba. Lana lo siguió, ambos se gustaban, eso estaba claro. El Coronel los miró añorando su lejana juventud. “En mis años mozos, a este me lo hubiese comido con mostaza”.

Promediando el mediodía y luego de ingerir unas frutas, el Flaco se dispuso a dormir una breve siesta.  Descanso triunfal después de haberles ganado el fono a las chicas, que resultaron ser primas. Lo habían invitado a la casa de Tania. Con ese nombre, no se podía hacer la difícil.

Sus sentidos estaban alertas y los perros contentos no iban a ir a ninguna parte saliendo de la órbita de su control. Había dejado estacionada su Traffic al costado de la plaza, en una ubicación no permitida. Pero había acordado de antemano con los de la grúa una pizza de cortesía un viernes de cada mes y eso bastaba.

En ese preciso instante se acercaron a él dos villeros. Uno vendía flores en la esquina, pero ya se le habían acabado hace varios días. El otro era nuevo por el barrio, seguro era extranjero, boliviano o peruano por sus rasgos incaicos del altiplano. “Eh amigu no tenés una moneda?” le inquirió al Flaco en un tono amenazante. “No maestro, no tengo nada” contestó el flaco, llevando sus pensamientos directamente al amansalocos que tenía lejanamente guardado bajo el asiento de la Traffic, allá a lo lejos.

Con la destreza de un ninja, el peruano se colocó detrás de el y lo maniató. “Dale gato”, dijo el florista “corte que te via tajea todo y te via deja lacio”.  ,

Mientras luchaba por su vida, en distintos puntos del parque, los perros no se habían percatado del incidente y estaban corriéndose intempestivamente.

Ocasión perfecta para que de atrás de unos arbustos, apareciera Chano, el linyera del barrio, para meter al Coronel adentro de una bolsa de arpillera y llevárselo. De nada sirvió lo que ladraron Olaf, Lana, Kuky y el Negro, que ligó una patada de Chano, dolorosa por cierto, y contaminante a fuerza de uñas encarnadas y olor a pata.

"Vaaaamo " dijo Chano, uno más para dormir calientito, encima este tiene la piel suave. Lo voy a tener un tiempo y se lo voy a vender por buena plata al señor Vera.

El Coronel no entendía nada, intentó ladrar un par de veces, pero su ladrido sonaba seco, por entre los agujeros, indefinido para que alguien pudiese detectarlo y acudir en su ayuda..

Volviendo a la plaza, los pungas fajaron al Flaco, lo dejaron sin la Traffic, que aparecería dos días más tarde incendiada al costado de la villa.

Sin vehículo, maltratado, pensando en cómo iba a hacer para estar lindo para las chichis, comenzó a agrupar a los canes para devolverlos uno por uno a su dueño.

Los perros estaban alborotados. "Guauuug guau guag (no vamos a hacer nada??? Se llevaron al Coronel!!!)" ladró nerviosa Lana. "Guau Guaf Arf Barf Guof" (Lana tiene razón, el humano no se dió cuenta) dijo Olaf mandándose la parte. "Guau guau guau guau (Ahora no podemos hacer nada, cada uno a su casa y recemos) Arrojó un manto de piedad a la situación el Negro. A Kuky no le pidamos nada, por lo menos no interrumpía.

Cuando llegó el momento de entregarlo a Estela, el Flaco no sabía dónde meterse. "Dónde está Dunley?" preguntó, con la desidia de a quien no le importa demasiado.

"Señora, me robaron la camioneta" dijo el Flaco, alguien debe habérmelo sacado mientras estaba luchando contra los villeros. "Dunley no puede haberse ido sólo".

"Bueno, si llega a aparecer me cuenta". Eso, sin ninguna efusividad, estaba claro que el Coronel no le interesaba en lo más mínimo.

Cada uno en su casa ladró a la luna en señal de búsqueda. La conexión con los demás en el barrio, llegó a peinar varias manzanas de ladrido interconectado. Y nada.

El Coronel pasó una noche de mierda. Realmente añoraba a Estela. No porque fuera una vieja chota insensible, pero porque al menos le daban comida y un techo dónde descasar. Y un paseaperros amigo. Aquí estaba al lado de dos perros desnutridos, no pudo ni oler la cazuela de fideos que Chano les revoleó.

Pero lo peor no fue no comer. Fue estar amontonados en ese colchón con el Chano.

El olfato del Coronel era sutil.  Su amigo Reynaldo se jactaba de ellos en sus cacerías en el campo de Chicha.

Ahora tenía que olerle el sobaco al Chano y los olores cloacales de los perros, esos con los que ni se animó a cruzar ladrido. “Guauu Guauu Guauu” (Tenemos planes para vos viejo).

"Necesito vino, y no tengo plata, vení vos" Agarró del cuello al Coronel y lo llevó a la rastra por la calle a plena madrugada.  El Coronel se preguntaba dónde iba a conseguir el vino, pero tampoco podía explicárselo.

No sabía a dónde estaba yendo. El Chano frenó en una casa de época, a unas siete cuadras de ahí. Al Coronel le pareció divisar el parque camino a la casa, pero estaba oscuro y su vista había dejaba mucho que desear desde hace rato.

"Dale abrí Vera, te tengo una sorpresa!!" El Chano golpeaba la puerta como si no hubiese tocado el portero. Al rato se abrió, y el Coronel vio una cara que lo asustó bastante.

El tipo parecía muerto. Dentro de ese semblante sus ojos se iluminaron cuando lo vió al Coronel. Lo acarició y lo tocó en lugares donde el Coronel no había sido acariciado antes, ni siquiera por Kuky en alguna de sus incursiones olfativas ahí abajo.

"Me gusta" le dijo Vera " Te doy doscientos pesos".

"Dos cincuenta maestro" Le dijo Chano, haciendo mentalmente una cuenta de cuantos vinos iba a comprar con esa plata, pero sin saber demasiado el monto.

"Bueno, es de raza, tomá" Y metió al Coronel para adentro.

En la casa había muchas fotos de perros en la pared. Y Vera le quiso poner chaleco para perros. El Coronel lo había visto una vez en Pulqui, una perrita que se murió cuando la atropelló un camión, hace unos años, cuando Reynaldo todavía lo llevaba a la plaza y conversaba con las mamás y los otras personas que llevaban ahí a sus canes.

Realmente quedaba muy ridículo. "Te queda lindo" le dio Vera, ya vengo, me voy a poner más cómodo. "Guau guau guau guauuu (Saquenme de acáaaaaa)" los ladridos del Coronel presagiaban lo peor.

Vera volvió disfrazado como un verdugo, con algo para lastimarlo y semidesnudo.

El Coronel seguía sin entender, hasta que Vera comenzó a acariciarlo y a buscar introducirle el dedo en el ojete.

"Guauuuuuuuuuuuu Auuuuuuuu (Que haceeeeeeeeeeeees hijo de puuuta)" ladró el Coronel. "Quedate tranquilo, te va a doler al principio" dijo Vera "perá que pongo algo de música"

"Era ahora o nunca" Con sus dientes limados y chuecos, clavó con todas su furia mandubilar en el muslo izquierdo. y se arrojó por una ventana entreabierta. Por suerte la casa de Vera era un PH, en planta baja.

Lo que corrió el Coronel no tiene nombre. Su olfato lo llevó a la plaza, se acomodó abajo de un banco.  Tuvo miedo y frío. De más está decir que no pegó un ojo en toda la noche.

A la mañana siguiente El Flaco volvió a buscarlo, sin esperanza. Encima había estado dando vueltas toda la noche. Y las primas le habían cortado el rostro. “Ya van a caer con la calza cansada”.

"Hooola Dunley!!! Acá estássss" Cuando quiso devolvérselo a Estela, ella lo desconoció. "No es el, Dunley es te con leche no café con leche. No se quedátelo".

Y fue así como el Flaco, lleno de culpa, adoptó al Coronel.

Hoy lo lleva en el asiento de adelante, y comanda todas las mañanas el paseo matinal. Cuando están solos le ayuda a levantar minitas con una rutina que tienen bien ensayada. El Flaco le da de comer y le hace escuchar rock. El Coronel aprende.

Los demás lo respetan, Lana lo quiere y de tanto en tanto lo lame con afecto. "guau guau guau (No me queda mucho, pero al menos terminaré mis días decentemente)"


De Vera no se supo nada más, de los villeros tampoco. Por suerte El Coronel no tuvo la desgracia de encontrárselo.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Superunknon en vivo Crónica #7 Living Colour @ Gran Rex, Buenos Aires, Argentina

Escuchando:  White Zombie - Astro Creep 2000 –.Pantera The great southern trendkill.

Hola, aquí SU (no Gimenez, ella vende productos de otra categoría), con una review para la que aclaro voy a ser extremadamente parcial, ya que me encuentro ligado afectivamente a Living Colour.
Esta es la (3 Lunas 94' 01' y 04', 1 Vernon Reid solista en la Trastienda 00', 1 El Teatro con tickets vip 07', 1 Pepsi Music en Ciudad 09', 1 La Trastienda 09') 8va vez que los veo en vivo. Podrán decir que el recital de Vernon no es LC, pero para mí sí y este es mi blog, carajo.

Ahora un poco más relajado, no puedo sacarme la sensación adrenalínica de haber estado 2 horas inquieto, escuchando la mejor música que haya pasado nunca por estos transitados oídos de colectora musical.

Que me perdonen los fans de el Jefe y de Maceo Parker, otros shows disponibles en plaza en estos días, pero Living Colour en la calle Corrientes, se robó el show, con guante blanco, paradójicamente, hermano afroamericano.



Llegué al Gran Rex en el Metrobus, a los pedos y en 10 minutos, vestimenta oficial de recital, y una Calle 9 de Julio de jueves de trampa y buenos espectáculos. Era temprano y no había mucha gente, poco a poco después se fue colmando. Igualmente estos pibes de acá abajo no vendieron un confite.



 Hablemos un poco del público. Mucho músico, conocedor, gourmet del oído, viejo con pelada y coleta, producto de los excesos capilares de los 70'/80'.  Algún que otro padre con su hijo, en pleno proceso de adiestramiento musical, otras parejitas de flaco cheronca que lleva a su minita para mostrarle que sabe de música, para ver un "buen show".  Muchos flacos como yo, no sé si todos siguiendo a la banda desde el 89 como yo, pero seguro habiéndose copado en algún recital y repitiendo la asistencia, ávidos de ese género múltiple que estos muchachos practican.



Antes de hablar de LC, voy a dedicarle un pequeño párrafo al grupo soporte que no me acuerdo como se llama, porque tenía un nombre bien feo, pero sonaba muy bien. Si me hubiese acordado, habría puesto un link a su página de facebook y me da mucha paja googlearlo, así que si ustedes quieren, lo pueden hacer en sus casas. El buen ladrón o algo así.

Entonces basta de prolegómenos y vamos a los bifes musicales. La banda en cuestión comenzó a tocar media hora más tarde de lo pautado (21:30) entregándonos como intro un tema blusero que no conocía ni les había escuchado. El sonido increíble, los tipos super virtuosos en cada uno de sus instrumentos, yo sentado en el borde de la silla extasiado, subiendo y bajando al compás de cada riff, slap, drum roll, y alarido del alma.



Acto seguido Mr. Glover vocalista y showman si los hay, vestido con lo que parecía ser un delantal de goma, antiparras, parecía un científico loco, de esos que construyen una máquina del tiempo y te llevan de paseo, dijo "Estamos celebrando los 25 años de VIVID (su primer disco), entonces vamos a tocarlo. En ese momento, la máquina del tiempo nos llevó a 1989 sin escalas. Hicieron el disco completo, con versiones aggiornadas de algunos temas.  Arrancaron con el himno "Cult of Personality", y fueron desfilando uno a uno los temas de Vivid, destacando mi favorito personal "Funny Vibe" y la increíble capacidad vocal de Glover en la intro de Open Letter (to a Landlord), el "Glamour Boys" favorito de la gente, el #CoverMejorQueElTema "Memories can´t wait", un mix entre "What's your favourite Colour y Which way to America?";  y otro tema que nunca había escuchado en vivo como el lento Broken Hearts. En un momento hicieron una especie de separador entre tema y tema mostrando que pueden hacer lo que se les cante y sonar bien. 



Glover se subió, como es su costumbre, al super pullman dos veces, de la derecha y de la izquierda, a abrazar a la monada y recibir todo el afecto también. Me quedé con las ganas de salirle al paso, porque la señora que tenía al lado no me lo hizo fácil. En ese momento pensé que loco hubiese sido si por pasar por arriba de la silla metía el pie en un hueco y me quebraba la gamba...que loco.


Doug Wimbish también hizo su rutina de cunnilinguar el bajo y pasearse por la multitud enfervorizada. Vernon Reid, un maestro de las guitarras y los efectos con su infaltable apple, dando una cuota de su virtuosismo cada vez que podía meter sus pases mágicos.

Perla el solo de batería a oscuras de Will Calhoun con palitos luminosos y un plato electrónico con diferentes sonidos jungle, drum n bass. Es increíble como un solo tipo puede hacer tanto batuque, Seguramente algún baterista en el auditorio dejó caer una lágrima.

A la hora de los bises sonó "Bi" del tercer disco con la monada coreando Everybody! el temón "Love rears up its ugly head", otro #CoverMejorQueElTema con "Should I stay or should I go" y como sorpresa de la noche "Sunshine of your love" acompañados por Tarja Turunen, ex vocalista de Nightwish y solista ahora, que suele ser acompañada por Wimbish en sus giras y en sus discos. Me comentaron que Tarja vive en Buenos Aires ahora, en un dato cholulo que poco importa.



Uno siempre va a querer más cuando va a un recital de LC, todo puede parecer poco, pero cuando te das cuenta que terminó y que no vuelven a salir, descubrís que estos tipos hicieron valer la entrada con creces, y marcás el calendario para ver cuándo vuelven.


Que este sea mi primer show del 2013 habla mal de mi economía en general y un grito descarnado para conseguir un sponsor. Igual sé que tengo el buen gusto de elegir las bandas que me cuadran y las voy a ver. Si a vos te hablo Club La Nación y tus beneficios tardíos, podría haber estado mucho mejor ubicado, si lo habilitabas antes.


Estadísticas del Show (Se miden en superunknones máximo SSSSS)
Sonido: SSSSS
Banda: Batería (SSSSS), Guitarra (SSSSS), Bajo(SSSSS), Voz (SSSSS)
Público: SSS (gourmets, pelados con coleta, mid 30s music lovers) – 90% plateas, 100% super pullman (yo estaba allí) no vi el super pullman 2
Canciones: SSSS – 2 horas.  Si el público se hubiera prendido más, quién sabe si no habrían hecho algunos otros temas.
Conexión banda público: SSS 
Qué temas faltaron? : Todos los que no hicieron
Valoración general: SSSSS Soy parcial, lo dije al principio.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Vida de perros - Parte 1

"Vamos, movete que me tengo que ir.".  No era así como esperaba terminar sus días. Ni siquiera lo llamaba por el nombre.

Hace seis meses que Dunley Colin III se había mudado de la casa de su amigo del alma, Reynaldo Sagastume. Mudanza forzada por su larga enfermedad devenida en muerte. Hasta último momento, siempre ahí firme, junto a su compañero.

Con él se fueron entrañables anécdotas y viajes por lugares paradisíacos, propios de la fiesta Menemista. Punta del Este, Niza, Marbella. Correr por la playa, viajar en primera, cruceros, fiestas y trato preferencial. Lo que te imagines, multiplicado por diez.

La hermana de Reynaldo, Estela Sagastume, una mujer bien de Avenida Libertador se había transformado en su dueña adoptiva. Estela estaba caliente porque Reynaldo le había dejado solamente a Dunley, y el resto de la herencia había salido para el lado de Carlos y Silvia, sus otros hermanos preferidos.

Es por eso que el trato de Estela era seco y distante. Se notaba que a ella no le gustaba su compañía y mandaba a Chela, su mucama, a comprar la comida genérica de Coto.

En ese instante, un sonido paró sus pensamientos  en seco. Segundo timbrazo del Flaco Martín esperando en la puerta. Parece buen tipo, respeta nuestros tiempos. Nos lleva a un lugar con verde, no a esas plazas que tienen tierra y un par de juegos pedorros. Nos trata bien.

En la calle esperaban Lana, Negro y Kuky. En el recorrido venían ellos primero. Tenían la alegría y el desparpajo de los jóvenes. "Guau guau guau (Dale viejo, moveeeete)" dijo Kuky, que estaba re loco. Muy en el fondo, el Coronel, como llamaban a Dunley los compañeros de paseo, creía que Kuky estaba consumiendo Mr Músculo, mientras su dueña hablaba horas con sus amigas por Whassap.

"El mes que viene cumplo 14" pensó el Coronel, "No estoy para estos trotes". 

La siguiente parada es la casa de Olaf, el Siberian que en verano se cagaba de calor, pero ahora con la fresca estaba exhultante. No se entendía demasiado bien cuando ladraba, tenía como un acento extraño. "Arf, Arf, Guof, guof (Hola amigus, vamos a hacer ejercicio!) Uof Gough Barf (Hola Lana, estás muy linda hoy).

En un costado de la escena, un visiblemente alzado Kuky buscaba montarse arriba de Negro - "Guau guau gua" (Rajá de acá puto!!) - le decía Negro, visiblemente alterado  Kuky no respetaba a nadie. Además le había gustado más el olor de la cola de Negro, sabemos del libre albedrío que reina en los canes. Negro había ido a terapia para perros, porque un vecino lo había cagado a palos.

El resto de los muchachos, seis más, era relleno, raza más perro que los que ya estaban. "Todos medio pelo, ni siquiera uno de estos tiene papeles", pensó.

"Guaaau guaug guagu" (Pero mirá que humanaaa!!) Pasaba una perrita 0 km con su dueña trotando para el Rosedal.

"Guau guauu guagu guagu guauu" (Ahí viene el pelado en la bici, tirale el tarrascón daaale) Todos se prendieron en el ladrido. Olaf era el líder visible, Negro el pensante y Kuky el loco de mierda.

De pronto pasó Pablo, el otro cuidador del barrio, denunciado por los vecinos por maltrato animal y con decenas de multas en suspenso por no llevar nunca bolsita para recoger la caca. Los perros de Pablo eran salvajes, parecían de una jauría brava y no tardaron en desafiar a los paseados por El Flaco. "Guauu guauug guauuu guaguu guauu arf arf guaguu" (hay que ladraaar, hay que ladraar, al que no ladre, vamo a morfaaaar) (hijo de Pluto, hijo de Pluto). 

El Flaco cruzó de vereda, Pablo parecía querer que se muerdan todos. Kuky se los quería comer crudos, y tuvo que ser tironeado con fuerza.

En la otra punta, El Coronel miraba serio y maldecía su perra suerte...