viernes, 23 de octubre de 2015

20151019 - Viaje Cósmico


El Subte es un medio de transporte rápido (cuando anda) y cacoso. No te da margen de descanso, te pueden violar, apuñalar, enlechar, sobar, maniatar, punguear y coleccionar. Que sea un medio, no implica que justifique tu fin.

Un día, presencié una escena de pugilato simil Peter Griffin vs Chicken, porque uno no le dejó suficiente espacio para pasar por la puerta. Saltaron los dos fuera de la formación, se revolcaron por el andén como si nada. Algo sexual había en eso, como el mol en rugby. Dejando tiempo para que se descarguen, aparecieron dos de seguridad con un balde de agua para cortarles el chorro. Uno siguió viaje por el anden, el otro se subió a mi vagón e invitaba a seguir peleando al de afuera, con gesto de "Te gané, gil querés más?".

"Metrovías informa que la línea D - Catedral - Congreso de Tucumán se encuentra interrumpida porque un pasajero tuvo una descompensación". Volví a ser pasajero frecuente, frecuent undergrounder, me llevé un jackpot de varias millas de molestia y olor a culo. Un tipo había palmado de un ataque epilepsia en el primer vagón, hasta que llega el SAME para atenderlo, debemos esperar todos. Qué tipo desconsiderado, no veía que no llego a destino? No hay códigos.

En eso protagonizo un video de espectador de la minita alternativa onda Jewel del subdesarrollo que toca en la Estación Tribunales; se hace la linda como si lo fuera. Se ligó un auditorio entero por unos minutos, le llenan el sombrero de indiferencia. No me gusta como canta, por qué torturarnos con tu arte? Explicamelo.

Distinto  el caso de la pareja de bluseros de 9 de Julio, el jóven y virtuoso punteador con el viejo que le hacía las bases. En una época supieron ganarse mi atención, por un par de viajes, después se pusieron densos. Subterranean Crossroads.

Gente que hormiguea y va con destino a alguna manifestación que el sufrido resto del pasaje desconoce. Ese es el peor olor, el olor a movilización. Una mezcla de vino regurgitado maridado  con chivo y finas hierbas fumables. Llevan sus banderas cerradas en palos adentro de las formaciones. Sus jefes los arrían como ganado. Mujeres con sus bebés, sonriendo como si las llevaran de paseo. Eso hacen por cierto, paseo rentado. Todos puenteando el molinete. Ladran sancho, señal que hay que moverse.




Chicas sonriendo en el medio del moshwagon. Charlas intrascendentes, multidireccionales, así no hay volumen de headphones que aguante. No entiendo qué es lo gracioso, ninguna se escucha, o se escuchan todas y no le interesa a nadie.


Una parejita se chapa frenéticamente a pesar del calor y el olor. Besos pegajosos y meta lengua, meta mano, ante el estupor en la mirada de las viejas envidiosas de siempre. Duro como rulo de estatua, un pajero les saca fotos y se humedece los labios. Otro boludón juega una especie de Fulbito arco a arco en donde además de patear se tiran poderes. Y se enoja cuando le hacen un gol, obvio.


Aparecen los del teatro subterráneo "espontáneo" y callejero, llenando de sorpresas al expectante pasaje. Desencanto primero y odio después de la primera vez. Hace mucho que no los veo, deben estar en Broadway presentando su obra "Venta callejera de peines y pasajero enojado".

En otro rincón, un tipo canta, como esperando que el reflector le lleve el apunte mientras se tapa la cara con una Subtecard. Baila sensualmente en el caño. Si habremos disfrutado de su contoneo. Más de uno lo habrá cagado a trompadas mentalmente, alguno en la realidad. Su repertorio era más bien latino, con gemas de Thalía o Ricky Martin. No quiero ni imaginarme su paradero.

Muuuuy buenaaass tardeeee seññoreeee passajjjeeeero soy no videeeeente no tengo trabbbbaaaajjjo me podriiiaaa ayyyudá. Ruido de moneditas en una taza magra, y el cieguito se mueve más lento que su mantra limosnero.

El freak show sigue con la mujer que pide limosna con media cara quemada, no apta para los que suben al subte haciendo la digestión del desayuno. No puedo mirarla a los ojos. Pobre mina.

Para finalizar el combo de golpes bajos, una nenita que no tiene más de cinco reparte estampitas en el pasaje y sigue el ritual de márketing muy estudiado: estampita, saludo con la mano, beso. Como si eso fuera a significar que le vas a dar algo. Es como el que hace ruido en la vía pública antes de entregarte el panfleto. Ahhh si, ahora si lo agarro. Estoy tentado de hacerle choque esos cinco y romper la Marketininx.

Observo como todo se sucede a mi alrededor, anécdotas de ayer, hoy y siempre y cuando siga viajando del futuro. Imborrables, como cada vez que llegué tarde porque el vagón se frenó sin avanzar. 

Mi objetivo es llegar a destino sano y salvo. Proeza más que difícil. Porque si sobrevivo, mis retinas se llevan torturas dignas de la naranja mecánica o la Gestapo.

Ni el minotopo en su peor momento hubiese imaginado esta apoteosis. Ahora mira el paisaje desolado, una lágrima de mate cocido recorre su mejilla en su tacita de merchandising. Un día va a salir de su letargo y nos rescatará a todos, matando a los malos, como buen justiciero que supo ser.

Me bajo en la próxima.

martes, 6 de octubre de 2015

Último día de Ecobici

Me produce profunda tristeza y enojo lo que estoy viviendo.

Empecé a usar el sistema de bicicletas cuando se llamaba "Mejor En Bici", hace varios años. Cuando las estaciones eran manuales, y había bastante pocas. Cuando te daban casco.

Me hizo muy bien a la salud, bajé de peso y hasta armaba mis recorridos en función de ir por lugares nuevos. En ese momento te daban dos horas de uso y los guardabarros eran de metal. Me ponía mal cuando no había bicis disponibles, pero lo aceptaba con un sistema en crecimiento.

Estuve en contra y rompí para que el sistema siguiera siendo gratuito. Me hice conocido y entablé muy buena relación con casi todos los chicos de las estaciones.

Creé el hash #MejorEnBiciTips para colaborar en la concientización de usuarios en el uso adecuado de las bicis y el manejo de la bici urbana. Llegué a los 350 tweets de #MejorEnBiciTips.

Colaboré con posts de mejora del sistema, haciendo review de las bicis y posteando recorridos. Creé una cuenta de vine para mostrar CABA desde los recorridos en bicicleta.

Viajé con lluvia fuerte, con mucho frío, con calor de Enero y lo tomé como una forma de vida. Contando las bondades del sistema a mis amigos, que no creían como hacía para combinar esa modalidad de transporte con la dinámica de un laburo a varias cuadras de mi casa.

Vi con cierto recelo el advenimiento de las estaciones automáticas, de hecho lo cuestioné bastante.

Hasta que el viernes pasado, en un viaje desde Suipacha a Alsina, el anclaje no tomó mi devolución de la bicicleta. Yo verifico siempre que trabe porque he visto como ponen cosas en los agujeros para que uno piense que trabó y que te la hagan.

Ayer empezó mi suspensión, hice el reclamo en el 147, me pasaron a legales porque la bicicleta no aparece. Hablé con la persona encargada. Mi expediente no llegó a legales (demora diez días) y después hay diez días más para ver si la bicicleta aparece en alguna comisaría. Si no aparece, tengo posibilidades de pagar la bicicleta voluntariamente al 50% de su costo, antes de que inicien acciones en mi contra. Calculo que ese costo estará compensado con todo lo que me ahorre en pasajes durante estos años.

Voy a dejar que pasen los 20 días, si no aparece voy a ir voluntariamente a pagar lo que corresponde.
Ya pedí que me llamen para avisar cuando esto sea así, lo dejé asentado.

Hasta acá llegué, no creo volver a sacar una de las amarillas nunca más. Me parece que hay ciertas cosas en el sistema que dan para una revisión más exhaustiva. Lo único que espero es que estas líneas sean aprovechadas por los usuarios que pudieran leerlo, para que no les pase lo mismo que a mi.

Eso es todo, cambio y fuera.