viernes, 22 de agosto de 2014

Fauna Ciclera

Luego de un tiempo de ciclar por las calles de esta ciudad, me percaté que estaba achacando los peores defectos a los demás conductores de medios de transporte, a  peatones, perros y palomas. Que no saben compartir los espacios, que las bicis están mal vistas,  que no se acepta el sistema, porque es de avanzada. Que yo tengo la posta y ellos no, que nos odian. Esto último puede ser cierto.  Hace casi dos años analicé los distintos personajes que pululan por las calles aquí http://superunknon.blogspot.com.ar/2012/09/bicicleteandola-parte-2.html . Incluso dediqué un parrafito a los ciclistas, con algunas de las descripciones que veran a continuación (como para demostrar un poco de coherencia interna, ni más ni menos).

Ahora se cual es la verdad de la bicicleta.. Los peores somos los ciclistas. Por casa andamos mal, los únicos que nos superan en nivel de autismo y pelotudez son los longboardes y skaters. Si hay un skater y/o longboarder entre los lectores, seguramente en este momento está asintiendo fuerte y moviendo su cuerpo para atrás y para adelante..

Y es por eso, que voy a mirar con algo de detenimiento la fauna ciclera, analizando los distintos especímenes que pululan. Si andás en bici, podes sentirte identificado con algún grupo en particular, si se te ocurre uno mandame un mail, si estás buena mejor. Hay gente que forma parte de más de un grupo, pero por lo general los más ultra son los más densos.

Una última aclaración: el género. De cada grupo es factible encontrar hombres o mujeres por igual salvo algunas excepciones. Soy un defensor de la igualdad de género, pero me hincha un poco las bolas estar poniendole el o/a a todo.

Pero qué intro más larga tienes, artículo de post! Es para introducirlos mejor, mis lectores.




Los competitivos

Van a mil, como esas motos que se meten en la bicisenda. Yo creía que era una característica de los autos y sus los dueños. Debe ser jodido que te pase una bici; le pones nafta al auto que sale un huevo y viene un pichi en dos ruedas, que encima usa una bicisenda que me quita espacio en la calle, yo le acelero. Bueno, trasladen ese concepto a una bicicleta y a alguien a quién no abrazaron lo suficiente de chico. Uy, este me pasó, TENGO QUE PASARLO, como sea, por donde sea. Recuerdo una anécdota en donde una competitiva buscó pasarme por un lugar indebido y terminó en el piso.



Los tiracambios.

Sus bicis son de alta gama, en su gran mayoría.  Tienen pantorrillas de kilómetros recorridos y creen conocer el nivel exacto del terreno para cambiar los piñones y platos de sus vehículos. Lamento desilusionarlos hermanos, pero en la ciudad eso no va, vayan a la montaña,  al impenetrable chaqueño o al Bajo Flores si quieren dificultad.
Encima se enojan si uno los pasa, y tiran cambios hasta lograr la exacta diferencia velocidad, resistencia, masa por aceleración.
De más está decir que hay que dejarlos pasar, y no darles pelota, que “crean” que tienen el control.

Los biciboludones

Para ellos la infancia no terminó. Andan sin manos porque es cool, porque no llevan guantes o porque vaya a saber por qué. Suelen recorrer las bicisendas por lugares no convencionales y ni registran al que puede querer pasarlos o venir de frente y esquivarlos. Para mi son parientes de algún skater o longboarder. Y son medio border también.
Son impredecibles, cualquiera maniobra es posible de su parte. Son peores que un viejito en un rastrojero, no sabés para qué lado va a disparar, colear o hacer wheelie..


Los que cantan

Qué le puede hacer pensar a un ser humano que es el campeón del karaoke?  Ves a alguien caminando por la calle y cantando y decís “Qué flor de hijo de puta!”. Si entendemos que ya de por si es jodido pedalear escuchando música, imagínense hacerlo cantando y prestándole atención a la letra. Desde mi óptica no es fácil manejar con música, se desaconseja el uso si no podes mantener una línea recta o prestarle atención a tu entorno. Deberían existir ajusticiadores a lo Bardo de Asterix, que detectasen a estos cantarines en la vía pública y los llamasen gentilmente a silencio, a puro cachiporrazo.



Los paseaperros

No me estoy refiriendo a esa noble profesión de ir llevando cincuenta canes todos juntos a una plaza, para que corran y se huelan un rato. Hablamos de gente que anda en bici Y LLEVA A SU PERRITO EN LA BICISENDA. Qué se puede agregar? Qué llevan una mano ocupada para el perrito, que el perrito ocupa un carril y uno tiene que eludirlo. Sería mejor que usaran un canastito tipo E.T. Vale también para los irresponsables que llevan a sus hijos colgados como mochilas. No se me ocurre una categoría para ellos más que hijosderremilputas.





El ladero

Va al lado de alguien, como su nombre lo indica. Por lo general en bicisendas donde hay parques. Libre, despreocupado, si lo tenes de frente tenes que esquivarlo como un perrito del grupo anterior. Si lo querés pasar, tenes que aflojar la marcha y pedirles que se corran. O hacer como yo y esperar a que se muevan. Me prometí no hablar más con el resto de los que circulan, a menos que corra riesgo su vida o mi integridad. Cuando se quieran correr, lo harán.




Los panaderos.

Munidos de una canasta enorme, que por lo general ocupa toda la bicisenda, parten cansinos hacia su lugar de trabajo o ruta de recorrido. No puedo decir nada malo de ellos, yo también estaría hinchado las pelotas de cargar kilos y kilos de pan en la bici.
La recomendación es frenar, esperar el hueco y pasarlos. O en un semáforo, suelen ser muy leeeentos.




Los “1 auto menos”

Generan mucha verguenza ajena. Son hipsters y seguro forman parte de esas oleadas de “vamos todos en bici” y bicicleteadas varias.  Hablando de esas bicicletadas, entiendo la bronca que genera ir circulando libremente y que te corten una calle para ver a un montón de pelotudos con grabadores de música, banderines y disfrazados, para sentirse parte de una falta de identidad alevosa.
Tienen el concepto de que los autos son una mierda y discriminan a la inversa, cuando deberían sumarse al sistema y no restar.

Los bocineros locos.

“Fuera de mi camino” es su lema. Creen que la bicisenda debe estar descubierta todo el tiempo para su paso y, a fuerza de pipipi se llevan puesto el mundo.
Puede ser con una campanita, los he visto con un megáfono, o una bocina neumática. El día que le toquen bocina a una viejita y esta la quede por un paro cardíaco, vamos a ver disminuír el número de bocineros locos.







Los extranjeros en masa.

Cada vez son más. Aprovechan un agujero legal y una letra pequeña en la normativa del programa de Ecobicis para darse de alta a mansalva y turistear por las bicisendas lo más campantes.
Al menos son educados y siguen las normas de tránsito. Ofusca un poco el hecho de que se lleven de a cinco bicis y vos quieras usar una. Pero si estás del otro lado de la ecuación, cuando la devuelven, podes elegir.




Los motobicis

Finalmente. Ellos dicen que son bicis, nosotros de este lado decimos que no. Son motos, no quieran engañarnos. Banco más a un motoquero que anda por la bicisenda que a un motobici. Porque al menos el motoquero sabe que está en falta. Si tenes el tupé de arruinar una bici para meterle motor, andá por la calle, salamín.

Esto ha sido todo por hoy, mañana también, les pareció poco?