martes, 29 de marzo de 2011

Viajero Estelar - Parte I - Capítulo V - "Haaaaaaallssssssss"

El inhóspito clima de Halls hacía necesario el uso de trajes dobles espaciales de frisa.  Hasta los Vomulanos, de espesa y rugosa piel aunque sangre caliente, sentían las inclemencias del frío.  La temperatura debía rondar los -60 ºC, a la sombra.
Jeremy fue el primero en bajar, sus sensores activados en modo "Agarrate Catalina", seguido de Sundstrom, Larken y Gimeno, más atrás venían Uaac  y cerrando la comitiva Verdi, murmurando a regañadientes, si realmente valía la pena todo el oro que Fahmda redituaría por su labor.  En la nave quedó el resto de la tripulación: Rebeca Filmore, oficial de comunicaciones al comando de la radio; el Dr. Medikus empinando el codo con una mano y con la otra cuidándolo a Chiskei, y Clelia, la oficial de limpieza, limpiando los baños.
La historia de Clelia había sido sacrificada desde el inicio.  Venía de una familia de esclavos limpiadores de escombros de la zona de Nectar 9, lo que en su momento había sido Centroamérica.  De adolescente se interesó por las ciencias espaciales e ingresó en la academia, con ansias de salir del pozo.  Lamentablemente El test de destreza la condenó al área de seguridad e higiene y sus continuos aplazos hicieron el resto.  "Oficial de limpieza de la nave" insultaba para sus adentros mientras despegaba con esfuerzo algo viscoso de la superficie azul de los baños.
Mientras tanto en los bosques helados de Halls, la comitiva no tardó en hacer contacto con los locales, al comando del capitán Menthol, subido a grandes cubos de hielo empujados por cientos de habitantes de Halls, conocidos como los lyptos.  Eran sigilosos, y blancos, razón por la cual no fueron detectados por los sensores de calor de Jeremy, ni por la visual de ninguno de los tripulantes.
"Captúrenlos, sin dañarlos" dijo con voz firme y segura Menthol.  "El emperador está esperándolos en el salón helado. Acto seguido varios lyptos desarmaron las pocas armas de Larken, los suyos y los pusieron inmóviles sobre varios bloques de hielo, a manera de carrito de parque de diversiones del siglo XXI.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Viajero Estelar - Parte I - Capítulo IV - "Maniobras y evasivas"

"Ohh nooo! vamos a morirrr Ayyyy capitaaaan",  la quejosa voz de Gimeno opacaba el destello de los indicadores y el sonido de la alarma.  Larken trataba de buscar compostura y evitar sentir el deseo de mandar todo a la merda y sumergirse en las profundidades de su amigo embotellado Runner.
El Space Deer se empezó a contorsionar como nunca antes, con turbulencias continuas.  Sundstrom hacía lo que podía en la sala de máquinas, los deflectores habían sido revisados antes de partir, y jugar al poker online era más atrayente que hacer los chequeos de rutina del sistema de defensa de la nave.  Por ese motivo, cayó el primer escudo de poder y el casco de la nave comenzó a agrietarse hasta el punto de requerir reparación inmediata.
Uaac permanecía al lado de Chiskei, el hedor en la habitación era constante; no había forma en el espacio de abrir una ventana y la climatización no era inodora. En un momento comenzó a murmurar unas oraciones mezcla de masticar y mantrar.
En el puente de la nave, había caos y conmoción.  "Acaso vamos a morir???? por una tormenta de meteoritos?? Esto es el colmo" dijo Verdi el funcionario del gobierno puesto por el Emperador Fahmda para hacer un reporte constante de las actividades de Larken.  Su cuenta engrosó con múltiples ceros para hacer este viaje, lo único que el esperaba es su relevo para poder disfrutarlo.  Verdi era un ser flaco y pálido, iba a todos lados con su portátil y daba la sensación de que todo lo que decía estaba siendo filmado para que quede como evidencia.  Nadie sabía si esto no era así.
"Escucha rata!!"  Le dijo Larken a punto de estrangularlo, "Callate y no menciones palabra alguna si queres morir de otra cosa que no sean los meteoritos!!". Mirando al piso como si hubiera sido reprendido, Verdi ocupó su lugar en la nave.
Las constantes sacudidas hicieron que sea imperioso aterrizar en algún planeta cercano, para poder reparar los estabilizadores, segun Sundstrom.  O al menos esas cosas que tenía en sus manos y chorreaban cables deberían ser reparadas.
"El planeta más cercano es Halls, dijo Jeremy, el 2do oficial", un mundo frío, donde la temperatura refrescaba varios grados bajo cero en verano y en invierno directamente era insoportable.  Por suerte estábamos en el verano de Halls.
Jeremy era un robot, de última generación, programado para hacer las veces de oficial de mando y en los fines de semana, para hacer brownies.  En las situaciones más adversas había salvado el pellejo de Larken, incluso con las baterías bajas.
"Jeremy ha hablado...debemos ahallizar, vamos a bajar a Halls, dijo Larken"