lunes, 13 de agosto de 2012


El culto de lo oculto.

Y yo me preguntaba….

Un iluminado es alguien al que siempre se le ocurre algo.  Sin embargo preferimos ser ocultistas, todos ocultamos algo, ya sea para preservar nuestra salud,  para evitar que el otro lo pase mal o por mera conveniencia.

Taxistas ocultando el reloj para cobrar más caro, políticos ocultando su impericia,  doctores ocultando diagnósticos dolorosos de pacientes terminales, cocineros ocultando la verdad de la milanesa, maridos treintañeros ocultando panza y anillo, travestis ocultando el bulto. 

No es faltar a la verdad. Ante la requisitoria, se cae el telón y se dice lo que duele. Pero es más fácil ocultar, a los ojos del que descansa por unos minutos si su conciencia se lo permite.

El león se oculta en la maleza, agazapado para que las cebras no lo vean.  Pero ahí está, eso es una melena.  Y en el momento de su liberación, cuando su estampa se revela en todo su esplendor, la cebra  obtiene un rush de adrenalina y una cuota de dentadura.

Un cuadro develado, antes oculto por una manta tiene el poder de modificar las comisuras y los gestos de paladares exigentes.  O fruncir el ceño de incomprendidos ojos neófitos.

La sociedad castiga levemente al que oculta, y el que oculta no muestra. Premiamos a un mago que oculta la fórmula de un truco, a un futbolista que oculta el destino de un penal o a un tenista con un passing shot ganador.

Ya lo mostraba un amigo de la facultad, ganando tiempo al contestar una pregunta de examen con un “muy buena pregunta….”, como ganando el tiempo mínimo para que un conocimiento no firme o estudiado aparezca y salve el momento. O al menos la risa del profesor ante la ocurrencia, sirva para atenuar el aplazo.

Pero hay algo malo en lo oculto.  Sobre todo en lo que hace a los sentimientos. En lo que no se dice en el momento justo y duele mucho tiempo. Ya sea una palabra no recibida o una caricia no hecha.  Ese mágico momento que se pierde porque las estrellas no se alinean y la casualidad tampoco ayuda. Eso oculto yace en el fondo del corazón, tortura los pensamientos se enrosca haciendo nudos en el  estómago.

En el mundo de lo oculto, hay alguien que sabe y otro que ignora, en el momento de la verdad, la sabiduría desplaza al ocultismo.

Y tengo un par más de cosas para decir, pero voy a ser fiel al razonamiento y ocultarlas, a la espera de la pregunta que destrabe el enigma y mi abogado haga su trabajo.
Saludos desde la cárcel. .




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