El culto de
lo oculto.
Y yo me
preguntaba….
Un
iluminado es alguien al que siempre se le ocurre algo. Sin embargo preferimos ser ocultistas, todos
ocultamos algo, ya sea para preservar nuestra salud, para evitar que el otro lo pase mal o por mera
conveniencia.
Taxistas
ocultando el reloj para cobrar más caro, políticos ocultando su impericia, doctores ocultando diagnósticos dolorosos de
pacientes terminales, cocineros ocultando la verdad de la milanesa, maridos
treintañeros ocultando panza y anillo, travestis ocultando el bulto.
No es faltar
a la verdad. Ante
la requisitoria, se cae el telón y se dice lo que duele. Pero es más fácil
ocultar, a los ojos del que descansa por unos minutos si su conciencia se lo
permite.
El león se
oculta en la maleza, agazapado para que las cebras no lo vean. Pero ahí está, eso es una melena. Y en el momento de su liberación, cuando su
estampa se revela en todo su esplendor, la cebra obtiene un rush de adrenalina y una cuota de
dentadura.
Un cuadro
develado, antes oculto por una manta tiene el poder de modificar las comisuras y
los gestos de paladares exigentes. O
fruncir el ceño de incomprendidos ojos neófitos.
La sociedad
castiga levemente al que oculta, y el que oculta no muestra. Premiamos a un
mago que oculta la fórmula de un truco, a un futbolista que oculta el destino
de un penal o a un tenista con un passing shot ganador.
Ya lo
mostraba un amigo de la facultad, ganando tiempo al contestar una pregunta de
examen con un “muy buena pregunta….”, como ganando el tiempo mínimo para que un
conocimiento no firme o estudiado aparezca y salve el momento. O al menos la
risa del profesor ante la ocurrencia, sirva para atenuar el aplazo.
Pero hay
algo malo en lo oculto. Sobre todo en lo
que hace a los sentimientos. En lo que no se dice en el momento justo y duele
mucho tiempo. Ya sea una palabra no recibida o una caricia no hecha. Ese mágico momento que se pierde porque las
estrellas no se alinean y la casualidad tampoco ayuda. Eso oculto yace en el
fondo del corazón, tortura los pensamientos se enrosca haciendo nudos en
el estómago.
En el mundo
de lo oculto, hay alguien que sabe y otro que ignora, en el momento de la
verdad, la sabiduría desplaza al ocultismo.
Y tengo un
par más de cosas para decir, pero voy a ser fiel al razonamiento y ocultarlas,
a la espera de la pregunta que destrabe el enigma y mi abogado haga su trabajo.
Saludos
desde la cárcel. .
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