Sabíamos
que esto iba a ser así. Lo vimos venir y no hicimos nada. Ahora te quiero ver.
No
me contento con nada, cada vez que hay un centro a la olla soy el primero en
pelar pancito, pero el tuco es demasiado espeso para mojar ahí. Seco de
vientre, mi horizonte es el termostato de un calefon a punto de estallar.
Sí
al leer estas líneas se dibuja una sonrisa en tu bello rostro, quiere decir que ese señor que trajo la encomienda es algo más que un paquete.
Arriba,
más arriba. Un poco a la derecha, no tanto, atras. La ventaja de estar en todo tiene
Está
sala de espera es más de lo que esperaba. El dentista hace horas que está con
ese paciente. Me impaciento. No podes estar tan buena, y encima cuidas tú
higiene bucal. Es un plus. Empecemos el tratamiento de conducta por más que sea
un chequeo.
Pasta
de campeón. Mostacholes del averno, con salchichita. Me sale humo? Yo pensé que
era energía vital. Queres bailar? Ju ju queres? Para que venís? Daale tú amiga
dice que vengas. Ayudala que se está atorando, sos mala amiga. Dale bailemos.
Una
mirada tuya basta y yo soy el cuatro de copas. No sumo ni para mentir.
Tengo tu sonrisa falsa y la pienso abusar. Primero la adulo, hasta el punto en que la ironía se entremezcla con las ganas de cagarme a trompadas.
Pan
queso pan queso pan queso. No será mucho
queso? Me van a saltar los tapones de punta diamante.
"Este es Toshiro", dijo Okura con el pecho inflado, a sabiendas que su crédito tenía más fondos y banca de los que aparentaba. "¿Dónde está tu campeón?".
Sashimi dudó en presentarlo. "Toshiro es mucho para él, lo va a destrozar"-pensó tristemente. "¿Tienes miedo, Sashimi?. Las Academias Nagano van a presentar un campeón o nos llevaremos el trofeo sin sudar una gota?", Okura bramaba y casi tosía.
"Aquí estoy". De uno de los rincones, un diminuto muchacho con ojos brillosos surgió mansamente. Y las Academias Nagano, resultaron victoriosas del campeonato de Tintorerías, logrando la friolera de 32 camisas en 15 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario