martes, 19 de marzo de 2013

Viajero Estelar 3 - Capitulo VII - Mi gran casamiento Glaxo



 
TEDDDYYYY!!!!!. El grito, una mezcla de odio y de dolor emanaba de Rob como el vómito tibio de una noche de excesos.

Los mosquitos de Shalamar abusaban de sus partes blandas y duras sin distinción. Cada uno del tamaño de un puño, en forma de nube, lo cubrian, casi sin dejarlo respirar.

En el momento de mayor debilidad, cuando parecía que sus fuerzas lo abandonaban, el vehículo todo terreno empezó a funcionar solo. Estaba siendo perado por Teddy. De un compartimiento lateral, pensado especialmente por Sundstrom para estas ocasiones, emergió un tubo gigantesco con forma de aerosol, que esparció insecticida testeado dermatológicamente sobre un Rob agotado, que se desmayó al minuto de que los mosquitos cayeran desplomados sobre el suelo..

“Maldito Teddy, debiste haberme informado de esto”, dijo Rob luego de recuperarse parcialmente. “Y tú debiste haberme llamado por mi nombre y no por este vulgar apodo. No aprenderás más y me hace enojar mucho”,  hablaba teddy por uno de los parlantes del todo terreno. “En el baúl hay un traje térmico que ayuda a la cicatrización de tus laceraciones y te protegerá por sí los insectos regresan.

Tembloroso pero decidido, Rob usó su reserva emocional y física, partiendo en busca de sus amigos.

A un par de horas de allí, en el Salón Jefal, un nervioso Grelak esperaba ansioso a la humana que sería su conducto para dominar a las especies menores. La unificadora, como le gustaba llamarla.

Las ceremonias de los Glaxos eran muy emotivas y violentas. Contaban con la participación de todos los familiares del novio y la novia. Entre las dos familias seleccionaban un candidato, quién en un momento de la noche debía batirse a duelo a muerte. El ganador podía sacar a bailar primero a la novia. El perdedor sería devorado sin piedad en el banquete.

Como Filmore no contaba con familiares directos en el lugar, las leyes glaxas indicaban que su tripulación haría las veces de familia y debían escoger.

La lógica indicaba que debía ser Sundstrom, por habilidad, físico trabajado y manejo un sinnúmero de de armas galacticas. Pero no, un envalentonada Gimeno se abalanzo colocándose por delante de Sundstrom y pidiendo ser elegida para luchar..

Del otro lado, los familiares recién llegados habían escogido al enorme primo de Grelak. Wenceblao.

De fuerte contextura, pero ágil como una gacela, Gimeno comenzó a propinar golpes de todo tipo a un sorprendido Wenceblao. Girando hábilmente, haciendo uso y abuso de sus piernas de carrilero por derecha depilado, atenazó he haciendo caer a violentamente Vences. Lo trabó hasta que se puso verde oscuro y dio tres palmadas en el piso.

“No voy a matarte tesoro” dijo Gimeno. “Las leyes fiuuu son las leyes fiuuuu sangre ante todo” vocifero el verde y escamoso esbirro de Grelak, que oficiaba de referi. “Como no fiuuu hay nada escrito fiuuu de que un humano fiuuu pueda luchar, tampoco varía la fiuuuu situación de que el combate sea o no a muerte. Sí hay un banquete de todas formas”, dijo apuntando a la mesa especialmente acondicionada y replerta de manjares.

“Fiuuu fiuuu el ganadooooor eeeees fiuuu fiuuu la terrícola” dijo el verde y escamoso vasallo de Grelak, ahora en su ficción de árbitro.

Continuando con la ceremonia, comenzó a escucharse una tonada estridente rematada por los apáticos Glaxos como prólogo de la presentación de un Grelak exultante. De fondo una orquesta de 50 Monus Icticus sin playback, tocaban los acordes de la marcha Glaxa Nupcial.  Una visiblemente emocionada mamá de Grelak, no podía parar de castigar a palazos a su marido, vestidos de gala y combate para la ocasión.

Del otro lado del salón, los temerosos y apáticos tripulantes de deer, batiendo oblgiadas palmas a destiempo para acompañar a una Filmore aterrada.

Medikus trataba ver qué Glaxo tenía más cara de tránsfuga para ver sí le convidaba un poco de Sutrum la droga sintética de moda. Ojala el dr supiese tanto de medicina como de drogas de diseño.

“No quiero casarme. Mi corazón pertenece a cHISKEI”, pensaba tristemente Filmore.

Continuará…

No hay comentarios:

Publicar un comentario