Después de un día MUY lluvioso, opté por tomar un camino que vaya por el sur, dejando secar el corredor de Avenida Libertador.
Es un recorrido tranquilo y medio hipster en el primer tramo, prestar
atención a los montículos de hojas que dejan los encargados al barrer y con las
mangueras que usan para baldear las veredas. A la altura de Gorriti y Medrano, hay una rama
de árbol que me dio en la cabeza. Recomiendo tener cuidado con los árboles en
general de esa zona, y a las épocas de poda, porque quedan ramas y astillas por
todo el recorrido, si bien las sacan, no es posible aspirar todo.
La bici senda de Perón está en muy buen estado; yo no la transitaría
de noche, porque hay gente durmiendo en la vereda que no me resulta muy confiable. No me gustaría tener que detenerme por desperfectos mecánicos por ahí. Tiene una leve inclinación la subida y se hace muy llevadera, hasta que llegás a la Pequeña Lima (Pueyrredón y Perón).
En ese momento se vuelve todo un caos, hay que esquivar transeúntes y
puestos callejeros. La recomendación es ir a paso de hombre, sobre todo a la
salida de la estación de trenes. La gente usa la bici senda como extensión de
la vereda, no mira para atrás ni para adelante. Los manteros que están
instalados suelen pararse al costado de sus puestos para ofrecer la mercadería
arriba de la bici senda y atender desde ahí.
Una vez que pasamos Av Rivadavia, el viaje se vuelve mucho más ameno. En
este recorrido, Alsina hasta Virrey Cevallos y posteriormente Carlos Calvo, son
de las bicsendas doble mano con reborde en el medio de la calle, así que ojo
con el cambio de carril. Y especial atención al cambio de lado de la bici senda
en Carlos Calvo y Salta. No entiendo muy bien por qué no la dejaron de un solo
lado, pero algún motivo debe haber, al igual que otras bici sendas que saltan
momentáneamente de lado de la calle y retoman la cuadra siguiente.
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